Hijo de Manoel de Tavares y de Ana Manuel, estudió música con su padre y trabajó junto a él en la Catedral de Murcia y luego en Las Palmas de Gran Canaria.

Más tarde fue designado maestro de capilla de la Catedral de Cádiz.

Cuando su padre enfermó gravemente en 1638, Nicolau fue llamado por las autoridades eclesiásticas de Cuenca para reemplazarlo como maestro de capilla de la catedral, y luego de la muerte de este asumió el cargo en propiedad, debiendo hacerse cargo de sus hermanos y de su propia esposa e hijos, aparentemente viviendo en inestabilidad económica. Según Diogo Barbosa Machado, murió joven en la misma ciudad, contando con apenas 25 años.